Una abuela dulce, tierna, típica de una mujer de su avanzada edad. Pero detrás de ese perfil inocente se escondía una asesina serial motivada por la codicia. Es el caso de Dorothea Puente, la mujer que protagonizó el crimen de un puñado de adultos mayores para cobrar sus pensiones en Estados Unidos.

Nacida en 1929, la vida de Dorothea Puente estuvo marcada por la adversidad y el engaño desde temprana edad. Tras una infancia difícil y un historial de pequeños delitos, la mujer abrió una casa de huéspedes en el centro de Sacramento, Estados Unidos, donde acogía a personas vulnerables: ancianos, enfermos mentales y personas sin hogar. Su aparente generosidad le ganó la confianza de la comunidad y de sus inquilinos.

Una asesina serial encubierta

En 1988, la desaparición de uno de sus inquilinos, Álvaro Montoya, despertó las sospechas de las autoridades. La policía comenzó a investigar la casa de Dorothea Puente y lo que encontraron fue aterrador: los cuerpos de siete personas enterrados en el patio trasero. La fachada de la bondad se desmoronó, revelando a una asesina serialque se aprovechaba de la vulnerabilidad de sus víctimas.

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La dulce abuela en realidad drogaba a sus inquilinos con medicamentos para dormir y luego los asfixiaba o los estrangulaba. Su objetivo era cobrar los cheques de la seguridad social de sus víctimas y mantener una vida de lujos y apariencias. Para deshacerse de las víctimas del crimen, los enterraba en el jardín, convirtiendo su casa en una tumba clandestina.

El juicio y la condena por los crímenes

El juicio de Dorothea Puente capturó la atención de todo el país. La fiscalía la presentó como una mujer fría y calculadora, capaz de manipular y asesinar sin remordimientos. La defensa, por su parte, intentó presentarla como una persona con problemas mentales, pero el jurado no se dejó engañar.

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En 1993, Dorothea Puente fue declarada culpable de tres asesinatos y condenada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Aunque nunca confesó sus crímenes, su culpabilidad quedó demostrada por las pruebas y el testimonio de los testigos que revelaron a la asesina serial que se escondía detrás de la imagen de una anciana bondadosa.