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Los vecinos de la mujer de 82 años acusada de filicidio aseguraron que vivió siempre por y para su hijo.
Su cuerpo fue llevado a la morgue judicial donde le realizaron la autopsia para determinar la causa exacta de su muerte. Cuando ya esté listo para ser entregado a la familia fijarán una fecha para el velorio. El fiscal de Homicidios Carlos Torres autorizó a que Mirta Greco, de 82 años, pueda estar presente y despedirse de su hijo al que cuidó durante 52 años.
Mientras, la mujer sigue con prisión domiciliaria por su edad, pero su calificación cambió a homicidio consumado tras la muerte de Vicente Mazzotti. De todas formas esto no no modifica las condiciones actuales de su proceso.
El caso de filicidio en Guaymallén
"Ella vivió siempre por y para su hijo", fue lo que repitieron los vecinos de Mirta Greco, de 82 años, quien vivió toda su vida en una casa de calle Pedro Vargas, de Dorrego, a pocos metros de la Costanera, en Guaymallén.
Todas las personas que conocen a la mujer comprendieron la situación que la llevó a tomar una drástica decisión, ya que unos días antes a lo ocurrido la auxiliaron en momentos que su hijo Vicente se ponía agresivo con ella. Describieron que era como un chico de 4 años, no hablaba pero se hacía entender con señas.
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La mujer de 82 años disparó dos veces contra su hijo de 52 años, quien dependía 100% de ella ya que no hablaba ni comía solo.
Incluso dos días tuvieron que llamar a la Policía y a una ambulancia para darle algo que lo tranquilizara. Sus allegados y los mismos efectivos le dijeron que debía internarlo en alguna institución para que cuidaran de él, pero ella se negaba. Habían sido 52 años de cuidar full time a su hijo con una discapacidad intelectual y de conducta, quien no hablaba ni podía hacer nada por si solo, ni siquiera comer.
El 30 de octubre Mirta tenía una cita en un hogar para ver si podían recibir a su hijo allí, pero unas horas antes de esa reunión la mujer sacó un revólver calibre 22 viejo que tenía guardado sin que nadie supiera y le disparó dos veces. Uno de los proyectiles impactó en su cabeza, mientras que el otro fue a su abdomen, el que le provocó severas lesiones.
La nieta de la mujer llegó a la casa y se encontró con su tío Vicente tendido en el suelo herido, y con su abuela sentada en el sillón en shock con el arma de fuego en la mano. Se la tuvo que sacar a la fuerza, mientras pidió auxilio a sus vecinos para que llamaran a una ambulancia.
Mirta estuvo en la Comisaría 25 dos días y luego de ser imputada por el fiscal Torres, regresó a su casa con prisión domiciliaria.