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El crimen sin resolver
Los trabajos forenses que se hicieron para tratar de esclarecer el crimen brindaron algunas de las pocas precisiones que se tiene al respecto sobre el cuerpo decapitado: era una mujer, tenía entre 23 y 35 años y fue asesinada entre 2 y 3 semanas antes de ser encontrado el cadáver. Al cuerpo le faltaba la cabeza, que nunca fue hallada pese a los rastrillajes, y esto dificultó las tareas para identificarla. La mujer había sido brutalmente atacada. Tenía múltiples lesiones y había sido maniatada con una cuerda.
En la investigación que se realizó los años posteriores la crimen se entrevistó a más de 15 mil personas. Pero nunca se pudo obtener una respuesta en concreta. A mediados de 2008, con los cotejos de ADN como técnica de investigación novedosa, se exhumó el cuerpo y se pudo extraer el perfil genético completo de la víctima, pero nunca arrojó resultado positivo en la comparación con la base de datos de Inglaterra.
En ese marco de incertidumbre, una de las teorías más populares sugiere que la víctima podría haber sido una prostituta conocida como la Duquesa, que trabajaba en los muelles de Great Yarmouth que desapareció por esos días de 1974. Pero esta teoría sobre el crimen nunca ha sido confirmada y la identidad de la mujer sigue siendo un enigma. La falta de testigos y la ausencia de pruebas forenses han dificultado la investigación y han llevado a la policía a considerar otras posibles explicaciones.