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El bar que tenía el asesino serial en Texas.
Misteriosas desapariciones
En septiembre de 1937 saltó la primera alarma. Una joven de 22 años que trabajaba en el bar de Joe Ball desapareció misteriosamente. La policía indagó el hecho y lo primero que hizo fue tomarle declaración al hombre, quien aseguró que la chica había renunciado para trabajar en otro sitio. Nunca sospecharon sobre un crimen y caso quedó en la nada.
Al poco tiempo ocurrió exactamente lo mismo con otra moza del bar. Y meses después se fueron destapando una docena de casos más. Joe Ball fue zafando de ser detenido y acusado de un crimen porque algunas de las trabajadoras fueron encontradas con vida en otros lugares, pero la mayoría de ellas no.
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Los cocodrilos que tenía el asesino serial Joe Ball.
La investigación llegó a su clímax cuando la segunda y tercera esposa de Joe Ball también desaparecieron misteriosamente. No solamente eso, sino que un vecino del hombre declaró haberlo visto cometer el crimen de una mujer, descuartizar el cadáver y arrojar los restos a su lago de cocodrilos.
Para esa altura ya corría el año 1938. El 24 de septiembre, la policía irrumpió en el Sociable Inn para realizar un examen más profundo en el lago de cocodrilos en busca de restos humanos. Fue en ese momento en que Joe Ball tomó un arma de fuego y se disparó en la cabeza. Así le puso fin prematuramente a una de las historias de crimen más legendarias en los Estados Unidos.