Las mentes de los asesinos seriales suelen ser de las más retorcidas que existen. No sólamente por cometer múltiples crímenes, sino también por el modus operandi. Y el caso de Robert Hansen en Estados Unidos no es la excepción. Secuestraba, violaba y torturaba a mujeres. Pero no sólo esto, sino que luego las liberaba en un bosque para cazarlas como si fueran animales salvajes.

Robert Hansen nació el 15 de febrero de 1939 en Estero, Iowa. Durante más de una década, el hombre parecía un ciudadno promedio ya que proyectaba la imagen de un respetado panadero y cazador de esa localidad. Pero lo que ocurría puertas para adentro en su casa era atroz e inimaginable.

El bullying antes de ser asesino serial

La infancia de Robert Hansen estuvo marcada por la soledad y la inseguridad. Era un niño pequeño y tartamudo, lo que lo convirtió en blanco de bullying escolar. Para compensar sus inseguridades, se dedicó a actividades al aire libre, desarrollando una profunda fascinación por la caza y el tiro con arco. Sin embargo, su comportamiento también mostró signos de tendencias perturbadoras.

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Robert Hansen, el asesino serial de Alaska.

Robert Hansen, el asesino serial de Alaska.

Por ejemplo, en su adolescencia comenzó a tener problemas con la ley, siendo arrestado por robo y vandalismo. Después de servir en el Ejército, se casó y se mudó a Anchorage, Alaska, donde abrió una panadería. En la superficie, parecía un ciudadano modelo, un miembro activo de la comunidad y un ávido cazador. Pero detrás de esta fachada, se estaba gestando un asesino serial.

Desapariciones y crímenes

A principios de la década de 1980, algunas mujeres jóvenes, muchas de ellas trabajadoras sexuales, comenzaron a desaparecer en la localidad de Anchorage. La policía estaba desconcertada, sin pistas claras ni sospechosos. Sin embargo, un patrón comenzó a emerger: muchas de las mujeres desaparecidas habían sido vistas por última vez en compañía de un hombre que coincidía con la descripción de Robert Hansen.

La gran oportunidad en la investigación llegó en 1983 cuando Cindy Paulson, una joven trabajadora sexual, escapó de la cabaña de Robert Hansen y denunció su terrible experiencia a la policía. Paulson describió cómo la había secuestrado, la había llevado a su cabaña y la había violado y torturado. Su testimonio proporcionó a la policía la evidencia crucial que necesitaban para vincular al asesino serial con las desapariciones.

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Robert Hansen, el asesino serial de Alaska.

Robert Hansen, el asesino serial de Alaska.

Cuando la policía registró la casa de Robert Hansen, encontraron un tesoro de pruebas incriminatorias, incluidos mapas con marcas que coincidían con la ubicación de los cuerpos de las víctimas. También descubrieron trofeos de sus crímenes, como joyas y otros artículos pertenecientes a las mujeres desaparecidas.

Condena por los crímenes

Frente a la abrumadora evidencia, Robert Hansen confesó el secuestro, violación y crimen de 17 mujeres. Sin embargo, los investigadores creen que el número real de víctimas podría ser mucho mayor.

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Robert Hansen, el asesino serial de Alaska.

Robert Hansen, el asesino serial de Alaska.

Incluso el propio asesino serial describió su modus operandi con escalofriante detalle. Llevaba a sus víctimas a su cabaña en el desierto, donde las violaba y torturaba. Luego las llevaba a un lugar remoto y las liberaba, dándoles una "oportunidad" de escapar. Sin embargo, las cazaba como animales, usando sus habilidades de caza para rastrearlas y matarlas.

El juicio de Robert Hansen cautivó a Estados Unidos. Su comportamiento tranquilo y recogido en la sala del tribunal contrastaba marcadamente con la brutalidad de sus crímenes. Fue declarado culpable de cuatro cargos de asesinato y sentenciado a cadena perpetua sin libertad condicional. El asesino serial murió en prisión el 21 de agosto de 2014, a la edad de 75 años.

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