Los magistrados Aníbal Crivelli, Mónica Romero y Alejandro Miguel anularon la elevación a juicio del expediente ya que hicieron lugar a un pedido de los abogados Ariel Benavídez y Marcelo López. Se trata de una última búsqueda de Ivana Molina con vida gracias al aporte de un testigo en la causa.
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Ivana Molina y el imputado Díaz.
Fuentes judiciales detallaron que uno de los hijos del sospechoso se presentó ante la Justicia y declaró que una vecina del barrio le había comentado que la mujer se había ido a ejercer la prostitución a la localidad chilena de Punta Arenas. Al tener esta dato, la fiscal Claudia Ríos solicitó informes a Migraciones los cuales indicaron que no había registros de salida del país de Ivana Molina.
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Sin embargo, la defensa apuntó que podría haber cruzado la cordillera de forma clandestina. Incluso aportó los nombres de dos cabarets llamados Club K y Muchacha, ubicados en Punta Arenas, donde la mujer habría trabajado sexualmente bajo el alias de Martina. Por eso solicitaron colaboración al Departamento de Cooperación Internacional para confirmar o descartar esos datos.
En los últimos días, el Tribunal decidió hacer lugar al pedido defensivo antes de ventilar la investigación por el femicidio en un juicio por jurado popular.
Posible femicidio de Ivana Molina
Ivana Molina, de 39 años, fue vista por última vez el 1 de abril de 2023 por una sobrina que solía visitarla semanalmente. El 10 de ese mes, la mujer radicó una denuncia por averiguación paradero ya que no volvió a tener contacto con ella. Su pareja, Carlos Díaz, fue citado a declarar como testigo y aludió que la mujer oriunda del barrio Las Rosas, en el oeste de Ciudad, tenía problemas con el consumo de drogas.
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A los pocos días, la fiscal Claudia Ríos comenzó a sospechar sobre este sujeto y detectó que se había fugado. Desde entonces aplicó el protocolo de violencia de género y emitió un pedido de captura de Carlos Díaz. Fue capturado días después en Buenos Aires. Lo trasladaron a Mendoza y lo imputaron por homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género.
Pese a que nunca se encontró el cuerpo de la víctima fatal y hasta el sospechoso declaró que se había ido a la Patagonia para ejercer la prostitución, en un allanamiento posterior que se realizó en la casa del barrio Las Rosas hallaron tres manchas de sangre que pertenecía a Ivana Molina y al sospechoso.