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Malone Lam fue detenido tras la estafa con criptomonedas.
Con la habilidad de un estafador, lograron convencerlo y sacarle información para acceder a su cuenta de Google Drive. En esta nube virtual encontraron su información personal, incluidos detalles de sus tenencias de criptomonedas.
Días después recibió un segundo llamado, donde el cómplice de Malone Lam se hizo pasar por otro empleado y le hizo descargar un software que supuestamente ayudaría a proteger sus tenencias de criptomonedas. Todo lo contrario, en cuestión de minutos le habían sacado más de 4 mil bitcoins, la criptomoneda más cara del mercado.
La extravagancia y la detención
Tanto Malone Lam como su joven cómplice realizaron varias transacciones virtuales para blanquear y lavar los 230 millones de dólares que habían obtenido tras la histórica estafa. Y lo hicieron bien, hasta que el primero de ellos empezó a dilapidar la plata al mejor estilo de nuevo multimillonario.
Viajes internacionales, noches carísimas en clubes nocturnos, joyas, alquiler de mansiones en Los Ángeles y Miami. Estos fueron algunos de los ejemplos. Incluso compraron un total de 31 autos de lujo, de alta gama, de marca Ferrari y demás. Gastó más de 500 mil dólares en una salida a boliches tras la estafa. Compró un reloj de 2 millones de dólares.
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Esta ostentación, sin embargo, llamó la atención de las autoridades federales, quienes comenzaron a rastrear sus actividades financieras. El uso de alias en línea y la complejidad de las transacciones de criptomonedas no fueron suficientes para ocultar sus rastros.
El FBI, en colaboración con el departamento de policía de Miami, llevó a cabo una investigación exhaustiva que culminó con el arresto de los autores de la millonaria estafa. La operación incluyó una redada en una mansión en Miami, donde los agentes federales ingresaron por agua, lo que subraya la magnitud de la operación.