El proceso es sencillo:
- las firmas uruguayas detectan las zonas donde se podrían instalar los generadores luego de pormenorizados estudios,
- luego negocian con los dueños de los terrenos (que suelen estar cercanos a los cables de alta tensión),
- finalmente se establecen contratos por 30 años para la futura explotación.
Los emprendedores que lograron obtener la electricidad luego se la pueden vender a compañías privadas o inyectarla en el sistema interconectado nacional. Cada parque eólico puede sumar varias decenas de turbinas si las condiciones son las ideales. Los colosos solo se detienen si las ráfagas son menores a los 12 km/h o bien superan los 80 km/h. El rango ideal de producción está ubicado entre los 40 y 45 km/h.
El costo aproximado de cada molino oscila en torno a los dos millones de dólares. Como no necesitan estar protegidos por alambrados (debido a su notable altura) a su alrededor pueden pastorear las haciendas sin inconvenientes ni riesgos.
Se puede colocar uno cada 80 hectáreas (dejando entre 300 y 1000 metros de separación) para que puedan aprovecharse integralmente los desplazamientos del aire. Los generadores no pueden estar a menos de 700 metros de poblaciones por cuestiones de seguridad y el zumbido constante que suelen causar.