Análisis y Opinión

Alfredo Cornejo apela a un clásico francés: "Cherchez la femme"

En este momento político tan lleno de "ruido y de furia" es un dato tranquilizador tener a otra mujer con fuerte armadura legal en la Suprema Corte.de Mendoza

Alfredo Cornejo parece haberle hecho caso al "Cherchez la femme" (busca a la mujer) de los franceses. Cuando hay que aclarar los tantos o echar luz sobre un asunto, la clave es buscar a la mujer adecuada. Lo concreto es que habrá otra mujer en la Suprema Corte de Mendoza.

Norma Llatser, la jurista propuesta, es prácticamente una desconocida para el ciudadano de a pie. No ha tenido cargos partidarios, aunque en su paso por la Universidad tuvo un acercamiento al radicalismo, al que estuvo afiliada por tres años. La postulada ha dicho que dejó de militar cuando se recibió de abogada..

¿La asepsia partidaria es necesariamente buena en la Justicia? No. Muchos jueces formados en el mundo político han mutado en destacados magistrados (o por lo menos en correctos togados). Pero en este momento tan lleno de "ruido y de furia" es un dato aplacador tener a otra mujer con fuerte armadura legal en la Corte.

Con 61 años, Norma Llatser parece ser una persona metida de lleno en el mundo judicial. Es presidenta de la Segunda Cámara del Trabajo, que integra desde hace 18 años, y está al frente de la Asociación de Magistrados, una entidad que brega por la independencia del Poder Judicial. Alfredo Cornejo la propuso esta semana a raíz del lugar vacío que dejará en la Corte el histórico Pedro Llorente (82 años), quien se jubila.

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La camarista Norma Llatser, de 61 años, ha sido propuesta por el gobernador Cornejo como la jurista que ocupará el lugar que dejará vacío Pedro Llorente, quien se jubila. Lo debe aprobar el Senado.

La camarista Norma Llatser, de 61 años, ha sido propuesta por el gobernador Cornejo como la jurista que ocupará el lugar que dejará vacío Pedro Llorente, quien se jubila. Lo debe aprobar el Senado.

¿No debería haber sido una persona más joven? hemos escuchado preguntar. Lo cierto es que a partir de los 30 se puede integrar la Corte, siempre que se tenga ocho años como mínimo de ejercicio profesional en abogacía. Jorge Nanclares, por ejemplo, tenía 38 años cuando entró a la Corte en 1987.

No obstante, una persona de 60 años, estando saludable y en forma, perfectamente puede exhibir templanza y ponderación, dos condiciones vitales para ejercer en el máximo tribunal de Justicia. Obvio que esas virtudes también se pueden lograr a los 30, 40, ó 50 años.

La Corte de Mendoza tiene 7 integrantes: Dalmiro Garay, Omar Palermo; Mario Adaro; Julio Gómez; Teresa Day, José Valerio y Pedro Llorente, que estará hasta febrero para dar paso a Norma Llatser. No hay allí "puros de corazón". Algunos adhieren en menor o mayor grado al peronismo. Y otros al radicalismo, y no faltan los que se presienten cada vez más independientes.

De cualquier forma, todos tienden a centrarse en demostrar cierta sabiduría y pericia en el manejo del Derecho. Comparada con otras cortes de Justicia del país, la de Mendoza suele presentar mejores estándares de calidad. Hay más cuidado con lo institucional y hay también un poco más de control social.

Eso no quita que haya críticas cruzadas en el escenario político mendocino cuando se analiza el tema de la Corte. El peronismo y otras fuerzas acusan a Alfredo Cornejo de querer avanzar sobre la Justicia. Y el gobernador acaba de cuestionar al juez de la Corte Mario Adaro por fallar siempre a favor de empleados públicos que han sido exonerados "por vagos". Según el gobernador, los doctores Adaro y Omar Palermo se destacan por votar por lo general en contra del Gobierno.

Aída, Teresa, Norma

Hace cuatro años, en junio de 2020, plena pandemia, ingresó a la Corte de la Provincia Teresa Day, que en la actual conformación es la única mujer. El entonces gobernador Rodolfo Suarez la propuso cuando se jubiló Jorge Nanclares. Day fue la segunda mujer en integrar el máximo tribunal en todo su historial. La primera había sido Aida Kemelmajer de Carlucci, quizás la jurista más reconocida que ha dado Mendoza, quien se desempeñó entre 1983 y 2010.

El pliego que propone a Norma Llatser, nacida en Palmira, casada (su marido no es político ni abogado) y madre de tres hijos, ya fue ingresado en el Senado de Mendoza, órgano que le debe dar su aprobación. El Gobierno descuenta que el aval saldrá antes de que concluya diciembre.

Al peronismo y a lo que queda de La Unión Mendocina les será difícil oponerse a una mujer que parece no tener antecedentes polémicos.

Tampoco deberían esperarse reparos de parte de la cristinista Anabel Fernández Sagasti, que viene bregando por más mujeres en la Corte, tanto en la nacional como en la de Mendoza.

Los antecedentes profesionales de Llatser, que incluyen especializaciones en derecho laboral y constitucional y una carrera docente y académica, parecen cubrir lo que se demanda.

Ella, como para separar los tantos, asegura que "una cosa es el juego político, que comprendo, pero lo de los jueces es otra cosa. Lo nuestro es emitir fallos conforme a las pruebas que obtenemos y al derecho".

Cuando los periodistas le preguntaron a Llatser si estaba dispuesta "a decirle que no" a supuestas sugerencias del Ejecutivo, su respuesta fue: "soy una defensora a ultranza de la independencia del Poder Judicial. Sé decir que no y bastante seguido, pero siempre fundamentado. Lo he hecho muchas veces en mi carrera judicial".

No hay que alarmarse de esto. Es debate. Las discusiones, bien encaradas, sin rebajar el nivel, sin caer en la violencia, pueden ser movilizadoras. La oposición debe tomar nota de que esta vez el Gobierno avanzó varios casilleros al sorprender con la nominación de otra mujer para la Corte, algo que ellos mismos venían exigiendo pero que no promocionaron cuando estuvieron al frente del Ejecutivo.