Análisis y opinión

Los zarpazos de Milei no alcanzan a la UNCuyo, pero la plata no aparece

El Presidente se envalentona con los avances en sus objetivos macroeconómicos y arremete contra el sistema universitario

Recargado por los últimos indicadores, el presidente Javier Milei se explayó confortablemente en una entrevista radial sobre las medidas que viene tomando, disparó otra vez contra las autoridades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y aseguró que está pulverizando la pobreza.

Una buena semana en los números para el proyecto libertario, mientras se relame con las divisiones en el peronismo que cruje en la Provincia de Buenos Aires y con la situación de desconcierto de un radicalismo partido en el bloque de Diputados.

Ya no llama la atención cuando vuelve a calificar de "basuras" a los dirigentes opositores, ni de "sucia y corrupta" a la gestión de la Universidad de Buenos Aires, que quiere ser fiscalizada por la Auditoría General de la Nación, pero no por la SIGEN, al considerar que sería una intervención ilegal del Poder Ejecutivo, violatoria de la autonomía y autarquía que ostenta por principio constitucional.

Con este argumento jurídico las autoridades anunciaron que recurrirán a la Justicia para dirimir el conflicto que se ha originado, según el comunicado que dieron a conocer, a causa de un "ataque ideológico a la idea misma de la universidad libre, gratuita y masiva", al tiempo que se pretende avanzar sobre ella con el "fin de controlar la libertad académica".

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El presidente volvió a cargar contra las universidades en una entrevista radial.

El presidente volvió a cargar contra las universidades en una entrevista radial.

La posición principista de la UBA pretende dejar a salvo cualquier riesgo de intervención gubernamental sobre las Casas de Estudios, una bandera que han logrado reinvindicar desde la recuperación de la democracia mediante el paraguas de la autonomía, lo que ha posibilitado ponerlas a resguardo de los avatares de la política y sus funcionarios de turno.

La encrucijada es mayúscula para el sistema universitario que debe demostrar probidad en el manejo de las cuentas públicas y administración de los fondos que, por magros que sean, provienen del esfuerzo de los contribuyentes.

Arrinconando a las autoridades de las UBA por su actitud, Milei vuelve a descerrajar la acusación: "Los vamos a auditar, y los chorros no van a tener paz".

La puja discursiva ante la opinión pública por la transparencia y la eficiencia está corriendo a favor del Gobierno, ayudado por las otras batallas que dando en distintos frentes donde se han enseñoreado los desmanejos de fondos estatales, los acomodos y abusos de distinta índole.

En forma paralela al pleito judicial, la dirigencia universitaria no debería escatimar esfuerzos para someterse a las auditorías internas y externas que ofrezcan garantías a toda la sociedad, aun más allá de la comunidad académica que tiene las posibilidades de acceso a la información y participación en las decisiones a través del cogobierno.

No dar pasto a las fieras

En tal sentido, es oportuna la carta abierta del Consejo Superior de la UNCuyo, que está integrado por representantes de todos los clautros y diversidad política.

El pronunciamiento unánime sostiene: "...Las actividades financieras y administrativas de la UNCuyo son controladas permanentemente por la Subsecretaría de Políticas Universitarias mediante la ejecución de los fondos otorgados a través del presupuesto".

Lejos de oponerse al control del Ejecutivo, el texto agrega: "La Unidad de Auditoría interna realiza un control paralelo en conjunto con la SIGEN, que depende directamente de Presidencia de la Nación. Actualmente está en marcha el Plan de Auditoría bianual 2023-2024, al cual la ciudadanía puede acceder ingresando al Portal de Transparencia de la Universidad".

Dada las circunstancias, es plausible la posición de la UNCuyo que permite aventar los argumentos de corrupción que está esgrimiendo el Gobierno, que a su vez retacea los fondos del sistema educativo, y en particular los que garantizan el funcionamiento básico de las universidades.

"Las cuentas están a la vista. A pesar de ello, el Gobierno Nacional instala programáticamente una sospecha sobre la administración de los fondos asignados. Y, en función de ello, justifica un profundo recorte presupuestario en nuestra Universidad", deja en claro la carta abierta del Consejo Superior.

Milei ha vuelto a ratificar que no están en discusión la universidad pública ni la gratuidad, pese a que esgrime la motosierra sobre los recursos presupuestarios.

El pronunciamiento presidencial, si bien va a contramano de su ideario privatizador, evidentemente se asienta en el reconocimiento que la sociedad le profesa al sistema universitario, expresado en las marchas masivas en su defensa.

De todos modos, el conflicto provocado por el Gobierno con las universidades nació con el disfinanciamiento brutal que no guarda equidad con el ajuste en otras áreas para lograr el equilibrio fiscal.

La discusión por el presupuesto para el 2025 aún no tiene definiciones, aunque los funcionarios que fueron citados por los legisladores abrieron una puerta que permitiría alguna reparación.

Las cuentas de los rectores nucleados en el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) elevan las necesidades para el año que viene a 7,2 billones de pesos, mientras que en el proyecto de presupuesto están previstos 3,8 billones.

La diferencia es abismal, aunque en línea con declaraciones que ha hecho el Presidente, el secretario de Educación, Carlos Torrendell, y el subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, han dejado librada a la discreción legislativa la reasignación de partidas para mejorar los fondos, siempre que no se altere el equilibrio fiscal.

Se trata de una tarea compleja porque los fondos generales son escasos y empiezan a tallar los intereses sectoriales. La idea que deja traslucir el Ejecutivo sería mejorar la propuesta presupuestaria, pero muy por debajo de lo que solicitan los rectores.

Números para sacar pecho

"Sigue subiendo el salario real. Viva la libertad, carajo", tuiteó el presidente Javier Milei, al replicar los datos que dio a conocer el INDEC.

En agosto el índice de salarios promedió 5,7% en la variación mensual. El sector privado registrado arrojó 5%, el sector público 4,7%, y el privado no registrado 10.6%.

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En tanto, en la variación interanual real del acumulado parcial los salarios siguen muy abajo, según el estudio del IARAF: La caída del sector público es del 23,6 %; del sector privado registrado 9,8%; y del sector privado no registrado 32,7%.

En la entrevista que dio a radio Mitre, Milei sacó cuentas y aseguró que la inflación "está viajando al uno por ciento".

También insistió con la caída de la pobreza: "Estamos bajando la pobreza ocho puntos, es una enormidad, y ya está en 49 por ciento. Cuándo vio una caída de la pobreza tan abrupta en tan poco tiempo?".

A pesar de la malaria generalizada, los últimos días han sido prolíficos en novedades positivas para la marcha del proyecto gubernamental. Tras el anuncio de préstamos por 8.800 millones de dólares de organismos de crédito multilateral, el riesgo país cayó a 967 puntos básicos, y los mercados reaccionaron en alza.

YPF anunció inversiones en Mendoza por 220 millones de dólares para el parque de energía solar El Quemado, en Las Heras. Es el primer proyecto concreto en el marco del RIGI para una provincia que adhirió al régimen tempranamente.

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La compañía petrolera también anunció otra inversión de 2.500 millones de dólares en la cuenca neuquina para participar de la construcción del gasoducto, además de otros 30 millones de dólares para la zona mendocina de Vaca Muerta que ya cuenta con los permisos oficiales.

Sin embargo, por más que no lo admita, el consumo ni la actividad pyme, que es la que ocupa la mayor porción de la mano de obra, no han repuntado lo que el Gobierno esperaba, y la demora en el rebote de la producción va alimentando la impaciencia.

Milei ya tiene la experiencia política suficiente como para darse cuenta de que frente al año electoral que se avecina necesita mostrar resultados palpables para la gente de a pie, que no come con consignas ni con indicadores macro. Y el humor en la clase media empobrecida, a esta altura, es poco asequible.

Tampoco es el momento ideal para agudizar los enfrentamientos por los fondos con la comunidad universitaria, que representa las posibilidades de superación en un país estancado.

Lo que necesita el libertario es garantizar un piso del 40 por ciento en las legistativas de medio término, lo que lo predispone a arreglar con el macrismo para afrontar las elecciones, principalmente, en la Provincia de Buenos Aires.

Siempre se puede echar mano a los recursos de la vieja política. La necesidad tiene cara de hereje.

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