Fallo judicial

Una jueza ordenó investigar el destino de pastillas de Viagra que obtenía un violador en la cárcel

El interno aseguró que padece disfunción eréctil y el Servicio Penitenciario dejó de brindar la droga. La magistrada pidió poner la lupa sobre la situación

Marcelo Alejandro Pereyra, conocido como Mecha o Carmana, cumplirá 44 años el próximo 28 de septiembre. Está preso desde 2008 cuando fue encontrado culpable por un caso de violación. Su vida carcelaria ha sido muy activa, a tal punto de llegar a solicitar Viagra a las autoridades. Este punto generó un fallo judicial que ordenó una investigación especial al respecto.

El 24 de septiembre de 2004, cerca de la medianoche, Carmana Pereyra ingresó a una casa ubicada en Las Heras, redujo a los padres de familia a punta de pistola, los encerró en una habitación y violó en dos ocasiones a su hija de 15 años delante de ellos. Por ese hecho fue condenado a 26 años y 6 meses de prisión.

Su década y media dentro de la cárcel ha sido bastante agitada, al menos en cuanto a presentaciones judiciales. Pedidos de domiciliaria, de libertad condicional y más de 20 habeas corpus han sido tramitados en la Justicia. Pero uno de los últimos escritos llamó la atención de las autoridades y podría destapar una interesante investigación al respecto.

penal almafuerte cacheuta.jpg
La Justicia ordenó investigar el curioso caso que se desarrolla dentro de la cárcel. 

La Justicia ordenó investigar el curioso caso que se desarrolla dentro de la cárcel.

El preso que pide Viagra

Un preso sólo está privado de su libertad y eso no debe implicar un agravamiento en sus condiciones de salud. Bajo esta premisa, desde hace varios años que el Servicio Penitenciario le viene suministrando una serie de medicamentos debido a distintas patologías como hipertiroidismo y trastornos oculares, entre otros.

Pero el 23 de julio se sumó una más: disfunción eréctil. Un médico confirmó que padece esa patología y le diagnosticó el consumo de sildenafil o tadalafilo, conocidos popularmente como Viagra.

Durante un puñado de meses recibió estas pastillas en su combo de medicamentos, hasta que en algunas ocasiones notó que faltaban en la entrega y presentó varios habeas corpus para que un juez revise la situación.

► TE PUEDE INTERESAR: Las escuchas con las que condenaron a un barrabrava del Lobo que planeaba un ataque armado

Si bien logró que dos magistrados ordenaran al Servicio Penitenciario la entrega de Viagra, en una tercera revisión recibió un revés por parte de la jueza María Alejandra Mauricio. En su rechazo, la magistrada destacó que “no hay explicación del motivo por el que el interno necesita esa droga”. Sobre todo teniendo en cuenta que no recibe visitas higiénicas en el penal –donde podría tener relaciones sexuales- ni tampoco se ha probado que tenga una pareja dentro de la cárcel.

En palabras claras: la falta de consumo de Viagra no agrava su estado de salud y ¿para qué las quiere si no tiene sexo con nadie? Incluso a la jueza le resultó “llamativo” que haya sido diagnosticado con disfunción eréctil cuando está condenado por delitos de abuso sexual.

► TE PUEDE INTERESAR: Investigan la muerte de un hombre que se descompensó durante una persecución policial en Las Heras

Más allá de la negativa al suministro de Viagra, la magistrada también consideró que “esta situación necesita ser controlada y regulada por las autoridades del penal. Hay que evaluar el destino que se le imprime al dinero de los contribuyentes”.

¿Será que el preso vendía las pastillas azules dentro del penal? Es uno de los interrogantes que se abrieron y que deberá ser confirmado o descartado por una investigación.

Temas relacionados: