Pablo Chacón, preparador de Carrasco, ex boxeador y medallista olímpico, fue aceptado por la Justicia como garante de que su pupilo no escapará.
Carrasco y el ruso iban a enfrentarse en el exterior, pero el combate debió ser organizado para este sábado en el Estadio Aconcagua Arena, de Mendoza, porque Carrasco tiene prohibido salir del país. Otras chances de boxear afuera perdió el mendocino en los últimos años, como representar al país en Juegos Olímpicos.
La semana pasada, la Suprema Corte confirmó la condena impuesta a Carrasco hace 10 años por el asesinato de Daniel Ahumada, ocurrido en 2011.
Fue la tercera vez que el fallo queda firme, pero Carrasco nunca pisó la cárcel. La primera confirmación judicial data de 2016 en la Corte local. La segunda, en 2022, en la Corte de la Nación.
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El boxeador mendocino Juan Carrasco.
Ahora están vigentes los plazos para seguir apelando y sus abogados trabajan en una estrategia que prevé 3 planteos diferentes.
1) Recuso extraordinario federal en la Corte nacional, siempre y cuando la Corte de Mendoza lo habilite.
2) Recurso de Queja en la Corte nacional en caso de que la Corte de Mendoza le impida el acceso al Recurso Extraordinario Federal.
3) Recurso de Casación Horizontal en la Corte de Mendoza para que el máximo tribunal revise el rechazo de la semana pasada -en la propia Corte- del recurso de revisión por la presentación de nuevas pruebas. De avanzar este recurso, no podrá ser tratado por los supremos José Valerio, Teresa Day y Pedro Llorente porque ya se pronunciaron con el rechazo.
Sin embargo, lo que podría ser considerado como "la bala de plata" de la estrategia defensiva es el pedido al gobernador Alfredo Cornejo para que indulte al deportista y le perdone la condena dictada en 2014 por la Cuarta Cámara del Crimen.
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El boxeador Juan Carrasco, un caso extraordinario en la Justicia de Mendoza
Juan Carrasco tiene 32 años y es protagonista de un caso extraordinario en la historia judicial de Mendoza.
La sentencia condenatoria fue confirmada tres veces entre 2016 y la semana pasada. Sin embargo, siempre estuvo libre. Recién desde agosto último vive con tobillera electrónica y reporta de su ubicación mediante videollamadas que recibe desde el Poder Judicial.
Difícilmente alguien más pueda acceder a semejante privilegio de estar condenado pero en la calle. O preso en la casa tantos años después de ser sentenciado por un crimen.
¿Impericia judicial? ¿Decisión política? Quién sabe. Lo cierto es que ni siquiera el mismísimo ex intendente peronista de Guaymallén Luis Lobos fue tan afortunado, siempre y cuando analicemos el caso con ojo político. De hecho, Lobos fue encarcelado tras la primera confirmación de la condena por fraude. A Carrasco, la sentencia ya le fue confirmada 3 veces.
El boxeador que derrotó al sistema judicial y lo puso en evidencia
Hay dos formas de ganarle al sistema judicial cuando se está acorralado por evidencias o sentencias.
1) Fugarse hasta que expiren los plazos procesales y hacer caer la causa, como hizo durante más de 15 años Mauricio Suárez, único sospechoso e imputado del doble crimen de Piottante y Libedinsky, finalmente impune por prescripción de la acción penal.
2) Quedarse a la vista de todo el mundo, en libertad y apelar hasta ver qué pasa.
Juan Carrasco le ganó al sistema judicial viviendo en libertad aunque había sido condenado al término de un juicio colegiado (con 3 jueces) con todas las garantías procesales a resguardo.
¿Por qué nunca fue a la cárcel? No hay respuestas certeras al respecto.
Sin embargo, sabido es que el paso del tiempo terminó favoreciendo a Carrasco: nunca fue a la cárcel y, además, hizo una vida que, a futuro, podría acceder al perdón gubernamental de la sentencia condenatoria.
Es que Carrasco, desde 2014, no cometió delitos, armó familia, tuvo dos hijos y nunca dejó de boxear, es decir, de trabajar. "Es mejor persona y mejor ciudadano", dicen sus allegados.
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Siguió compitiendo. Y todo esto, al menos para los jueces Carmen Magro, Horacio Cadile y Mónica Romero, es una demostración concreta de que "se ha resocializado", por lo que le concedieron la domiciliaria con tobillera en agosto, casi 10 años después de la condena.
Los plazos de la Justicia acaso también hayan tenido que ver con este caso extraordinario. ¡Seis años (entre 2016 y 2022) se tomó la Corte nacional para decidir y confirmar la sentencia mendocina que nuestra Corte había avalado en 2016!
