En la etapa previa al fallo, el Gobierno de Mendoza y la Fiscalía de Estado promovieron el rechazo de la acción judicial, finalmente aceptada por el máximo tribunal de Justicia de Mendoza.
El Ministerio Público Fiscal había dictaminado que el reclamo debía ser aceptado.
Cornejo con Adaro Valerio y Palermo.jpg
Mario Adaro, José Valerio, el gobernador Alfredo Cornejo -en la primera gestión- y Omar Palermo.
El preso que trabajó durante los 20 años de condena y reclamó salarios adeudados
Antes de acudir a la Suprema Corte de Justicia, José Aníbal Molina reclamó al Servicio Penitenciario provincial que le pagaran los salarios correspondientes - de acuerdo a la ley vigente más intereses legales- por el trabajo realizado durante el período de privación de su libertad.
Molina estuvo preso en distintos edificios carcelarios de Mendoza entre 1996 y 2016, cuando finalmente recuperó la libertad.
De acuerdo a la sentencia judicial firmada por los supremos Adaro, Palermo y Valerio, José Aníbal Molina trabajó en el taller de mimbrería en el penal de Bolougne Sur Mer desde 1996 y que lo producido se vendía al público. "Durante un año firmó planillas de jornales de lunes a viernes", señalan los considerandos.
Entre los años 1997 y 2000, el interno Molina fue fajinero de patio de visita, labor por la cual firmó planillas de jornales completos por los 30 días durante esos cuatro años.
Ya en febrero del 2005 fue alojado en San Felipe: allí trabajó como fajinero de módulo y patio de visita hasta 2008. "También firmó jornales por 30 días durante otros 4 años".
En noviembre del año 2008 fue trasladado al penal Almafuerte, donde continuó trabajando como fajinero de la escuela hasta 2010.
almafuerte penitenciaria carcel.jpg
La cárcel Almafuerte, donde estuvo alojado el preso que reclamó salarios impagos por trabajar durante su detención.
Fue realojado en San Felipe y siguó como fajinero de módulos y patios. En 2011 fue trasladado a la Colonia Penal de Gustavo André, donde trabajó como fajinero de la escuela y realizó trabajos de agricultura, hasta diciembre del 2013 donde le otorgaron extramuros hasta setiembre del 2014.
Entre 2014 y 2016 estuvo alojado nuevamente en Cacheuta donde trabajó como fajinero y bibliotecario ambulante.
Según la sentencia unánime de la Corte, el interno José Aníbal Molina trabajó 20 años con diversas tareas mientras estaba privado de libertad.
Ya libre, pretendió cobrar los importes que se le adeudaban. "Jamás percibió suma alguna".
En mayo de 2018 presentó un pedido de pronto despacho que jamás le fue respondido.