La mayoría de la gente piensa que las galletas de la fortuna son chinas porque "después de la Segunda Guerra Mundial se empezaron a ofrecer en los restaurantes chinos", explicó la periodista. Se originaron en Japón del siglo XIX y fueron vendidas en confiterías japonesas en San Francisco hasta la guerra, hasta que empresarios chinos se hicieron cargo del negocio.
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Las galletas de la fortuna son galletas crujientes que contienen un papelito con un mensaje en su interior.
En 1940, los soldados acudían a los restaurantes chinos, fascinados por la novedad. Allí se convencieron de que las cookies formaban parte de la auténtica comida tradicional del país, y empezaron a exigir esos dulces. Diez años más tarde ya se vendían en Estados Unidos alrededor de 250 millones de galletas de la fortuna al año.
En 1988 un juzgado reunió de un lado a David Jung, un inmigrante chino de Cantón en Los Ángeles, y del otro lado a un inmigrante japonés, Makoto Hagiwara. El juez dictó sentencia a favor del segundo, las galletas de la suerte se habían creado oficialmente en la ciudad de San Francisco.
No obstante, la principal compañía de galletas de la fortuna se encuentra en Nueva York, y se llama Wonton Food, Inc. Se envían entre 4,5 y 5 millones de unidades por día, a restaurantes y cadenas de Estados Unidos, Canadá, Latinoamérica y Europa.
Con respecto a los mensajes de las galletas, Lee explicó que “normalmente son escritos por escritores independientes norteamericanos, y no se trata de un empleo a tiempo completo”.