Lo que sí habrá esta noche en la ciudad es fervor demócrata y un hervidero de periodistas que llegan de todas partes del mundo. Viene Kamala a pasar la Election Night acá, en el búnker que el partido armó para ella en su alma mater, la Howard University y en donde se aguardan miles de personas. Aquí el oficialismo empezará a saber si se queda en la Oficina Oval hasta 2028 o si se pone a hacer valijas para dar paso al segundo tiempo de Trump.
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Pero los resultados no estarán definidos a última hora de este martes y es probable que hasta pasado el miércoles, tampoco. Los especialistas sugieren que más bien cerca del fin de semana habrá ganadores: el minucioso conteo en los estados –sobre todo en los estados clave- no permitirá tener una ventaja decisiva hasta pasadas algunas horas.
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Harris vs. Trump: las encuestas del último día
“¡Buen día Washington!”. Así se llama uno de los matutinos de la ciudad, que anima uno de los cinco canales principales de noticias. La programación de todos arrancó casi igual: con datos acerca de dónde ir a votar y con qué temperaturas lo harán los que lo hagan en cada hora, pero todos los envíos son federales y se suceden uno tras otro los reporteros desde distintos estados para narrar a qué hora se espera a los primeros votantes.
Lo que también se repite mucho son las encuestas especulativas. Se arman y despliegan mapas de Estados Unidos con las jurisdicciones pintadas de un color primero y después de otro. Y en base a eso, sumando o restando votos electorales a los contendientes, dicen quién va a ganar si su partido logra hacerse con la mayoría en cada uo.
Pennsylvania, Carolina del Norte, Georgia, Arizona, Michigan, Wisconsin. Son los que más nombran, porque son los llamados –hasta el hartazgo- estados pendulares. Una de las encuestas es más llamativa: invita a pensar cómo quedará todo si las encuestas, o sea ella misma también, llegaran a equivocarse.
Ahí explica que, si a Trump lo estuvieran subestimando las encuestas –como ocurrió en 2016, cuando sacó más de lo que se preveía-, entonces tendrá una diferencia de 312 contra 226 votos electorales. Por el contrario, si la estuviesen midiendo mal a Harris –en 2022 a los demócratas les fue mejor de lo que advertían las encuestas-, entonces la ventaja sería de ella: 308 a 230.
Lo que cuenta es llegar a 270 votos electorales, por eso tanta matemática. Hasta las 19 de Washington hay tiempo de votar. Después de eso, las escuelas, centros comunitarios, iglesias y librerías donde están las urnas cerrarrán y no admitirán más sufragios.