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Los valles secos de McMurdo se extienden unos 4.800 kilómetros.
Se podría suponer que es imposible que la vida prospere en estas condiciones extremas. No obstante, lo hace, pues los valles de McMurdo albergan una sorprendente biodiversidad adaptada al clima extremo, y de la que la ciencia aún tiene mucho por descubrir.
Una base de Estados Unidos en McMurdo
En este paisaje hostil, Estados Unidos opera la Station McMurdo, un centro de investigación que funciona todo el año y es el más grande del continente. La estación "se estableció el 18 de diciembre de 1955 y se inauguró en 1956 como parte de la Operación Deep Freeze", según informa la página oficial.
Recibe su nombre por su ubicación geográfica en McMurdo Sound, que lleva el nombre del teniente Archibald McMurdo, un oficial naval escocés y explorador polar. Funciona como el principal centro logístico del Programa Antártico de Estados Unidos.
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Investigadores de la Station McMurdo en la Antártida.
Su infraestructura incluye aproximadamente 146 edificios de diferentes tamaños. Además, cuenta con un puerto, dos aeródromos y helipuertos. Anualmente, pasan 2.300 personas por la estación, 1.100 durante la temporada de verano, y el resto en invierno.
La mayoría de las personas que habitan este paisaje hostil se dedican a la investigación, sobre todo los valles secos de McMurdo, cabo Crozier, cabo Royds y el monte Erebus.