La colisión causó una gran explosión, y ambos vehículos se estrellaron en el río Potomac, resultando en la muerte de las 67 personas a bordo (64 en el avión y 3 en el helicóptero).
Este accidente se considera el más mortífero en Estados Unidos en casi 20 años. Actualmente, se investiga si el personal de tráfico aéreo del aeropuerto y las trayectorias de vuelo de ambos aparatos tuvieron algún papel en el accidente.
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Accidente de avioneta médica en Filadelfia
El 31 de enero, una avioneta médica Learjet 55 que transportaba a una niña que había finalizado un tratamiento en Filadelfia se desplomó un minuto después de despegar, causando una explosión que afectó viviendas y vehículos cercanos.
Las seis personas a bordo (incluyendo a la niña y su madre) y una persona en tierra murieron. La aeronave, operada por Jet Rescue Air Ambulance, llevaba a bordo a dos pilotos, un médico y un paramédico. La tragedia fue de gran conmoción para la ciudad.
Accidente aéreo en Alaska
El 6 de febrero, una avioneta Cessna 208 Caravan, que transportaba a 10 personas, desapareció mientras volaba hacia Nome, Alaska. La aeronave, operada por Bering Air, desencadenó una operación de búsqueda masiva.
Al día siguiente, se encontraron los restos del avión y las víctimas fatales: el piloto y nueve pasajeros. Según los informes, antes de estrellarse, el piloto había comunicado su intención de esperar para aterrizar debido a la congestión en la pista.
El Departamento de Transporte de Alaska aclaró que la pista había estado abierta todo el día, lo que genera dudas sobre las circunstancias del accidente.
Accidente de Delta en Toronto
El 14 de febrero, un avión de Delta Airlines que partía de Toronto sufrió un aterrizaje forzoso después de un fallo técnico en uno de sus motores. Afortunadamente, no hubo víctimas fatales, pero el incidente resaltó la importancia de los protocolos de emergencia en vuelos internacionales. Los pasajeros fueron evacuados de manera segura, y las autoridades canadienses investigan las causas exactas del fallo.
