Netflix ofrece una gran cantidad de series y películas argentinas en su catálogo. Por ejemplo la recientemente estrenada Secreto bien guardado que ya empezó a trepar en los intereses de los usuarios de la plataforma. Pero también tiene películas argentinas estrenadas hace años que se han convertido en material de culto. Tal es el caso de Palermo Hollywood.

Esta película fue estrenada en el 2004. Está protagonizada por Brian Maya y Matías Desiderio. Además cuenta con las participaciones de Claudio Rissi (Borges en El marginal) y Manuela Pal.

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Matías Desiderio y Claudio Rissi. 

Matías Desiderio y Claudio Rissi.

Párrafo aparte merece la banda sonora que mezcla canciones de Sandro, Damas Gratis y Catupecu Machu en una historia que muestra el Lado B de Palermo a principios del milenio, tras la crisis del 2001.

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Netflix: de qué se trata Palermo Hollywood

La historia está ambientada en el barrio de Palermo en la Ciudad de Buenos Aires (año 2001), una zona que en los últimos años se ha convertido en centro comercial para miles de porteños y turistas en busca de restaurantes y bares de alto nivel.

Pero en el barrio sobreviven ciudadanos ajenos a esa realidad. Es por eso, quizás, que Pablo (Matías Desiderio) eligió un camino peligroso para llevar plata a su familia, conformada por su padre taxista, su pareja Jimena (Azul Lombardía) y su pequeña hija. Él se dedica a los robos en el barrio.

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Palermo Hollywood, la propuesta argentina de culto que tiene Netflix.

Palermo Hollywood, la propuesta argentina de culto que tiene Netflix.

Su cómplice es su mejor amigo, Mario (Brian Maya), un chico que no es de Palermo Hollywood y tiene un buen pasar, pero ha convertido a las calles y plazas de la zona en su hogar, ya que en su casa de Belgrano, donde viven su padre político, Ernesto Segal (Miguel Dedovich) (acusado de corrupción), su madre Beatriz (Alicia Schilman) y su hermana Valeria (Maya Lesca), nadie parece entenderlo.

Mario y Pablo, entonces, se han convertido en los "dueños" del barrio, capaces de entrar a robar en casas particulares, vender droga en boliches y pasearse con total tranquilidad porque saben que cuentan con protección: la que les brinda Stevie (Edgardo Nieva), el dueño de un prostíbulo que supo granjearse la complicidad policial.

Hasta que algo sale mal. Muy mal.

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