Mendocino

El investigador Walter Alesci-Chelini considera que "Argentina prefiere el relato antes que la historia"

Radicado en el exterior hace 25 años, el académico nacido en Mendoza trabaja sobre las problemáticas sociales de identidad que se viven en diferentes culturas

Walter Alesci-Chelini, doctor en Sociología y licenciado en Comunicación Social, es mendocino y lleva más de 25 años viviendo en el exterior, precisamente en diferentes países europeos y en Estados Unidos adonde desarrolla investigaciones en ciencias sociales que toman a la identidad como punto de partida. Sus plataformas de trabajo para volcar esos contenidos académicos van desde las publicaciones literarias y académicas, hasta el teatro y el cine.

Nacido en Dorrego, terminó el Secundario y partió a Buenos Aires para estudiar Dramaturgia. Al año regresó para ingresar a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo y a menos de 5 años recibió su diploma de licenciado en Comunicación Social.

"Vengo de una familia clase trabajadora, no media sino trabajadora a secas. Mi madre murió en mi parto, eso hizo que mi padre tomara la decisión de criarme con su hermana, o sea mi tía. Tengo dos hermanos más grandes, él consideró que no podría gestionar solo la crianza de un bebé con tres niños, sobre todo por una mentalidad bastante machista y patriarcal muy común en los hombres hace 50 años atrás", cuenta sobre su vida personal el académico que tiene maestrías y doctorados por doquier e investiga para renombradas universidades europeas acerca de problemáticas sociales que aporten a la igualdad de género y el respeto por las minorías.

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En agosto el investigador en ciencias sociales visitó su provincia natal y aprovechó para ofrecer un ciclo de cine magrebí.

En agosto el investigador en ciencias sociales visitó su provincia natal y aprovechó para ofrecer un ciclo de cine magrebí.

"Fui curioso de la vida del otro desde muy pequeño, sin prejuicios, y siempre pensé en irme de Mendoza, en viajar, en conocer el mundo. La experiencia de emigrar para mí era muy excitante", manifiesta Walter Alesci-Chelini. Y desde la distancia observa:

La sociedad en su conjunto en Argentina, y los medios en general, apoyan mi tesis sobre que Argentina prefiere el relato antes que la historia, con sus contradicciones pero también con caminos historiográficos que acaban siendo nuestro ADN, nuestra identidad. La sociedad en su conjunto en Argentina, y los medios en general, apoyan mi tesis sobre que Argentina prefiere el relato antes que la historia, con sus contradicciones pero también con caminos historiográficos que acaban siendo nuestro ADN, nuestra identidad.

Según su perspectiva, "el relato, al final, no muestra, más bien esconde; es el rumor porque el rumor, a veces favorece a unos, a veces a otros, pero nos libera de la responsabilidad y madurez que una sociedad debe poseer para crecer”.

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Se fue de Mendoza para no volver porque se considera un "emigrante"

Cuenta que empezó a escribir poesías de niño. "En la adolescencia descubrí la literatura rusa y me apasionó", dice al tiempo que recuerda que en la Secundaria "la pasé re mal porque me obligaron a ir al Liceo Agrícola cuando yo era muy CUC, tenía una vocación de letras y humanidades muy marcada".

A los 18 años escribió su primera obra de teatro, “Irremediablemente Alfonsina”, sobre Alfonsina Storni, "alguien a quien admiro y la elegí como el emblema de la mujer dueña de sí misma, eso de la potestad de los cuerpos que siempre me apasionó". La presentó en un concurso y ganó. Fue en 1990. Con esta obra acercó el teatro al Liceo Agrícola. Luego vinieron más obras representadas en teatros y en la escuela.

La trata de personas, el aborto, la pobreza que empuja a la mujer a la prostitución, todas esas temáticas tocaban sus obras escénica que también las dirigía con su elenco juvenil. Y serían las problemáticas que marcarían su futuro académico afuera de su país natal.

Mendoza para él fue "un gran laboratorio donde los obstáculos se presentaban todo el tiempo y eso te hace crecer, avanzar. Así presenté mi proyecto teatral 'Desafíos de ideas innovadoras', de índole social, para llevarlo a las escuelas secundarias", rememora.

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Para Walter Alesci-Chelini, Mendoza fue

Para Walter Alesci-Chelini, Mendoza fue "un gran laboratorio de obstáculos" que lo ayudaron a crecer en su carrera.

La comunicación social fue su vehículo para adentrarse en temas que en ese entonces no se tocaban mucho como la perspectiva de género, el aborto, el feminismo. "Ahí me metí en la televisión, en el género telenovela para mi tesis en Comunicación", cuenta.

De este modo se introdujo en la sociología de la comunicación, "me interesaba el análisis crítico", destaca quien realizó su pasantía universitaria en el canal porteño Telefé, como asistente de producción de una telenovela. "Lo mío era el contenido crítico sobre los estereotipos que planteaban estos productos televisivos", explica y al poco tiempo de esa experiencia, apenas recibido, se fue de Mendoza para no regresar, hace ya más de 25 años.

No volví más. No me costó dejar Argentina, cumplí el sueño de mi vida de venirme a Europa, porque me sabía un gran emigrante. No volví más. No me costó dejar Argentina, cumplí el sueño de mi vida de venirme a Europa, porque me sabía un gran emigrante.

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Las personalidades europeas a las que les enseña el idioma español

Entre 2000 y 2005, completó un máster en Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona. "En Madrid trabajé en la revista semanal Tele Novelas de la editorial francesa Hachette", detalla. También en la capital española, antes de partir a Reino Unido, hizo otro máster en Enseñanza de Español como Lengua Extranjera en la Universidad de Alcalá. Y además tiene un máster en Ciencias Sociales aplicada a Estudios de Género que realizó en la Universidad de Stirling, en Reino Unido.

Con humildad aclara que no ha tenido a "celebrities" entre los alumnos a los que les enseña español en diferentes países de Europa y en su instituto madrileño. Sin embargo, ha dado clases a figuras como Heather Stringer, la heredera de los famosos diccionarios Collins.

"Ella es hija de William Hope Collins, su padre pertenece a una generación de editores que se establecieron en Glasgow en el siglo XIX y que publicaron diccionarios, atlas, mapas, manuales estudiantiles", comenta Walter y aporta que "su madre, Ivy Wallace, fue una escritora de libros para niños que comenzó a ser muy popular entre los infantes tras la segunda guerra mundial".

Heather, su alumna, es editora, ya que los libros de su madre siguen leyéndose en Australia y Nueva Zelanda. Ella es psicóloga. Con el mendocino también toma talleres literarios, puesto que "no sólo tiene casa en España, sino que aún presenta novedades editoriales en ferias del libro en Madrid y otras ciudades", completa Alesci-Chelini. Vive en Biggar, a las afueras de la ciudad, en una casona enclavada en un bosque propiedad de la familia Collins.

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El mendocino enseña español a Heather Stringer, la heredera de los diccionarios Collins.

El mendocino enseña español a Heather Stringer, la heredera de los diccionarios Collins.

También ha enseñado idioma español a Sophie Benetton, quien forma parte de la dinastía familiar que se convirtió en uno de los mayores terratenientes de Argentina. "Tenía que hacer un examen en español para ingresar a la universidad para estudiar economía y yo la preparé", revela el académico mendocino.

"Tengo un estudiante que es un agente de futbolistas europeo, ahora vive entre Miami y Barcelona, por eso necesita saber español; he tenido jugadores de fútbol profesionales, empresarios, músicos clásicos, escritores y escritoras y hasta diplomáticos", completa Walter Alesci-Chelini.

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El bar donde lavó copas en Europa fue su "laboratorio social"

Escritor de guiones para televisión, realizador de documentales, los contenidos audiovisuales fueron también su base de trabajo durante sus primeros años de residencia en Europa. “No vivía de eso, claro, también lavaba copas en bares, de hecho un minimarket en el que trabajaba fue mi laboratorio social, mi Babel”, reconoce ya que allí conoció personajes del mundo que le dieron el marco a sus futuras investigaciones sociales.

Su virtud, consiente, es la resiliencia. Y su meta, aprender. “Sigo aprendiendo de la gente, de sus historias, y eso es lo que le da sentido a mi vida”, sostiene. Sabe inglés, francés e italiano, y su materia pendiente es aprender ruso.

Todos mis ahorros van al estudio, siempre invertí en conocimiento porque eso es lo que me voy a llevar de este mundo. Todos mis ahorros van al estudio, siempre invertí en conocimiento porque eso es lo que me voy a llevar de este mundo.

La identidad es la columna trocal de sus investigaciones, abarcando las etnias, las clases sociales y esas cuestiones que forman las culturas en el mundo. De allí que su trabajo sobre los afrodescendientes en Estados Unidos marcó su carrera.

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Desde el 2006 que está radicado en Edimburgo (Escocia), aunque buena parte del año se la pasa viajando a otros países europeos para dar cursos de español y presentar sus investigaciones.

Desde el 2006 que está radicado en Edimburgo (Escocia), aunque buena parte del año se la pasa viajando a otros países europeos para dar cursos de español y presentar sus investigaciones.

Walter se considera “más mendocino que argentino, sobre todo en el clima, me pongo de muy mal humor cuando llueve y acá, en Edimburgo, llueve casi todo el tiempo”, afirma y como un ciudadano del mundo asegura que no tiene banderas y de hecho las detesta.

Soy un errante que ama a todas las culturas por igual, no tengo banderas, me asustan los nacionalismos porque una bandera es una frontera que nos impide aprender de quien esté del otro lado. Las guerras están dadas por las banderas, yo amo todas las culturas por igual. Soy un errante que ama a todas las culturas por igual, no tengo banderas, me asustan los nacionalismos porque una bandera es una frontera que nos impide aprender de quien esté del otro lado. Las guerras están dadas por las banderas, yo amo todas las culturas por igual.

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Walter Alesci-Chelini defiende la universidad pública argentina

Defensor acérrimo de la educación pública, Walter Alesci-Chelini define a la UNCuyo como el lugar que "me dio alas, gracias a la universidad pública argentina es que estoy aquí; por eso intento retribuir con lo que puedo, enviando libros o esto que organicé un ciclo de cine hace unos meses". Y refuerza categórico: "La UNCuyo es mi patria".

Desde el 2006 que vive la mayor parte del año en Edimburgo, Escocia, mientras recorre países europeos como Dinamarca o Finlandia exponiendo sus estudios en feminismo, homofobia y discriminación en congresos internacionales. Sus investigaciones forman parte de libros académicos publicados tanto en Europa como en Estados Unidos.

El año pasado trabajó para un centro de asesoramiento legal de Los Ángeles en una investigación destinada a ciudadanos estadounidenses afrodescendientes. “Empobrecimiento de las poblaciones afroamericanas en Estados Unidos, etiquetándolos y manteniéndolos como una clase de peones (viciosos, desobedientes y rebeldes), de eso trató este trabajo”, especifica Walter Alesci-Chelini.

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En Inglaterra investigó sobre Las Piqueteras de Argentina

La tesis de su máster en Ciencias Sociales aplicada a Estudios de Género que hizo en Reino Unido llevó por nombre “¿Quiénes son Las Piqueteras?”.

“Las Piqueteras fue la facción feminista de Tendencia Piquetera Revolucionaria (TPR) fundada en 2010 por el diputado Juan Marino. La TPR estaba formada por individuos que fueron expulsados del Partido Obrero parlamentario de izquierdas en 2009 por haber llevado a cabo ‘acciones extremistas’. A través de un activismo público y de redes radicalizado, Las Piqueteras participaron en campañas a favor de la despenalización del aborto, los derechos de las trabajadoras y la denuncia de la parálisis política para aprobar leyes más firmes con el fin de luchar contra la violencia doméstica y la trata de personas”, detalla Alesci-Chelini.

Este estudio lo complementó con un análisis del discurso de Las Piqueteras -dentro de los límites de una epistemología construccionista social- para explicar sus acciones políticas dentro de lo que él describe “un feminismo anarco-trotskista”.

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Para un trabajo de género en Reino Unido, Alesci-Chelini estudió la facción feminista de Tendencia Piquetera Revolucionaria (TPR).

Para un trabajo de género en Reino Unido, Alesci-Chelini estudió la facción feminista de Tendencia Piquetera Revolucionaria (TPR).

“Se consideraban feministas anarco-trotskistas por sus acciones políticas en el espacio público así como en su página web, YouTube, Twitter desde una postura radical y activista”, argumenta el académico. Y completa: “En 2016 la TPR derivó en un marcado acercamiento al neoperonismo kirchnerista, transformándose en una organización social más que un partido trotskista, aunque sin abandonar esa faceta”.

Esta investigación británica del mendocino fue presentada en congresos y publicada para The Loughborough Anarchist Research Group Journal de la Universidad de Loughborough en 2015; y Talking Bodies en la Universidad de Chester, en 2017. “Este trabajo forma parte de la política argentina de hoy, fue interesante y me dio muchas satisfacciones en Reino Unido”, afirma.

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La obra de Alfonsina Storni atraviesa su trayectoria académica

Su obra de teatro sobre Alfonsina Storni en la adolescencia vuelve siempre en el desarrollo de sus trayectorias doctorales; esa curiosidad sobre la diversidad, la igualdad y la identidad de género atraviesa cada una de sus investigaciones sociales, más aún con su doctorado en Francia.

“Dentro de ese gran espectro de la sociología de la comunicación, lo que hice fue aplicar el análisis del discurso, el análisis crítico de contenido desde una perspectiva de género. Y ahí me metí de lleno con sociólogos y filósofos franceses, porque debo decir que Francia es muy proteccionista de toda su cultura”, remarca de esa experiencia que la describe como "maravillosa".

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Poeta, periodista y dramaturga argentina, Alfonsina Storni es una de las figuras literarias más visitadas y referente en las líneas de investigación social de Walter Alesci-Chelini.

Poeta, periodista y dramaturga argentina, Alfonsina Storni es una de las figuras literarias más visitadas y referente en las líneas de investigación social de Walter Alesci-Chelini.

Alfonsina Storni fue, para los estudios de Alesci-Chelini, “la escritora del pueblo, de las masas, de aquellas mujeres que tomaban el tranvía para cumplir con su labores diarias dentro de una fábrica o dentro de una oficina o como mecanógrafas, estos espacios que fueron ocupando las mujeres a principios del siglo XX”.

"Storni -concluye- era una mujer que exhibía lo que le pasaba, tanto en su poesía, en su escritura, esa contestación a lo masculino como dueño del cuerpo femenino hace que tras su suicidio se romantice su figura como la gran poeta nacional, despojando y desvistiéndola de aquel feminismo activista”.

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