Por segunda vez desde que empezó el 2025, el precio de la carne vacuna vuelve a registrar un aumento. Esta vez, de entre el 10% y 15% en Mendoza, detrás del cual, a diferencia de otros, se combinan dos factores.
Por segunda vez desde que empezó el 2025, el precio de la carne vacuna vuelve a registrar un aumento. Esta vez, de entre el 10% y 15% en Mendoza, detrás del cual, a diferencia de otros, se combinan dos factores.
Es que a la reducción de la oferta en el mercado de hacienda se suma, según los industriales de la carne, un leve repunte del consumo.
"Es un aumento típico de oferta y demanda. Detrás hay varios factores: la sequía, atraso en el engorde de animales y un ternero que llegó a estar muy caro en su momento", argumentó Edgardo Fretes, de la Cámara de Industriales de la Carne de Mendoza.
El incremento se dio a conocer el lunes y terminará de trasladarse a los mostradores de las carnicerías este martes. Y si bien estaba previsto para fines de febrero, se adelantó luego de que los frigoríficos aumentaran un 7% por una caída de la hacienda en el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG).
El precio de costo una media res es de $5.700 el kilo. Si se traslada el precio al público, significa que el kilo de asado, que hasta el fin de semana rondaba los $9.900, elevó su piso a no menos de $11.700/$12.000.
Para las Fiestas de fin de año se había aplicado un ajuste del 10%. Los empresarios lo atribuyeron a la suba de la demanda para la época. Luego, al promediar enero, la Cámara de Abastecedores de Carne de Mendoza confirmó otro incremento.
Según Fretes, el segundo día de la semana es determinante porque se conocerá si habrá o no una mejora en el ingreso de animales en Cañuelas que redundaría en una mejor oferta.
"Que ingresen entre 11 mil y 12 mil reses sería un buen número", consideró el empresario.
En este contexto, el consumo de carne tocó mínimos históricos y por primera vez en Argentina se comió más pollo. Hubo una demanda de 49,3 kilos por habitante promedio, frente a los 48,5 kilos de carne vacuna.
Esta cifra representa el nivel más bajo de consumo de carne de vaca en los últimos 28 años, según las estadísticas de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).