Ahora, el argumento esgrimido por el potencial comprador de IMPSA es que todavía faltan "detalles" para que los más duros terminen de firmar la carta-intención, y por esa razón pedirá más tiempo al Gobierno.
Ante esa situación, ahora ARC apuesta que durante los primeros días de febrero terminarán de cerrar el proceso con la conformidad final de los acreedores.
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Confianza. Eso demostró el dueño de ARC Energy en su visita al gobernador Cornejo, pese a que aún no está cerrado el traspaso de IMPSA
Gobierno de Mendoza
Acuerdo y traspaso de IMPSA
De aprobarse, finalmente llegará la esperada capitalización o desembolso de U$S 27 millones prometido para que IMPSA pueda sanearse financieramente, tras perder valor durante 2024.
Más allá de ese optimismo, hasta avanzado el jueves, penúltimo día de enero y víspera del vencimiento del plazo, nadie podía garantizar la presentación del acuerdo. Y se especulaba con una prórroga.
Desde el seno del único interesado por quedarse con el control de la multinacional mendocina confiaron en que "desde el lunes 10 estaremos en condiciones de firmar el acuerdo y el traspaso". Y relativizaron la prórroga: "Lo vamos a lograr en tiempo récord, porque una reestructuración de este nivel de deuda no lleva menos de 6 meses".
Desde que el Comité Evaluador de la licitación recomendó la cesión del 85% del paquete que le permite el control al Estado las gestiones para acelerar el traspaso fueron contrarreloj. Hasta entonces, el 63,7% del capital seguirá en manos de la Nación a través del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP), y otro 21,2% es de la provincia de Mendoza.
La familia Pescarmona, fundadora y otrora dueña de IMPSA, conserva un 5,3% de un fideicomiso armado luego de la última reestructuración accionaria en 2016. Y el restante 9,8% corresponde a acreedores de la compañía, por el cual ocupan un sillón en el directorio y no los exime del derecho a reclamar por lo que le debe la multinacional mendocina.
La pulseada por la deuda de IMPSA
Justamente las condiciones son el quid de la cuestión para los acreedores.
De hecho, las primeras conversaciones para avanzar con la reestructuración de la deuda de IMPSA habían empezado en los días previos a Navidad. Y aunque se esperaban definiciones para los primeros días de enero, el desenlace se hace desear.
Si bien la propuesta de los norteamericanos es renegociar un bono en dólares a pagar en 2028 al 2035, lo que ha sido una traba para el acuerdo es que ante la exigencia de poder cobrar en un plazo más corto implica una quita que no están dispuestos a aceptar.
La lista con quienes ARC debe rubricar un convenio es nutrida: desde el Export Development Canada y la Corporación Andina de Fomento, hasta el fondo inversor chileno Moneda, al que está vinculado el viceministro de Economía José Luis Daza. También bonistas internacionales y el grupo brasileño Bradesco, así como Bapro (Banco Provincia), el Hipotecario; el BICE y tenedores de varias series de Obligaciones Negociables (ON).
Con ese escenario abierto, hasta última hora del jueves 30 de enero, ARC esperaba el ok final del Gobierno nacional sobre la prórroga del plazo. Pero con la proyección de la nueva fecha de cierre, el aval oficial a su pedido ya se daba por consumado.