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El Valle de Uco está categorizado como libre de la plaga de la mosca de los frutos. Frente a este evento debe recuperar su estatus sanitario, requerido para exportar, según las normas de los países que compran la producción.
"Nuestra primera obligación es comunicar al Senasa del hallazgo en un área libre y se le da información a terceros países sobre la situación. Y esto nos da seriedad frente al mundo que se mueve con plagas cuarentenarias. Chile tuvo una situación similar a nosotros, pero con tres emergencias", detalló Azin en diálogo con Diario UNO.
El especialista aclaró que sólo se encontraron larvas y no fruta dañada. La aparición de un diagnóstico más grave, hubiese disparado otra alerta para ampliar la zona de trabajo y eso no ocurrió.
"La primera detección es el punto cero inicial en el que desata esta serie de medidas a 7,2 kilómetros a la redonda, se intensifica el muestreo también y se aplican protocolos de comercialización al exterior", agregó el técnico.
Para el caso de la uva debe salir cubierta de los establecimientos productivos y procesarse de manera inmediata en las bodegas. Lo mismo con la fruta de carozo, como el durazno, el damasco y la cereza.
Monitoreo en invierno y fuertes controles por el cambio climático
Azin detalló que estos trabajos se realizarán durante todo el invierno y después de la primavera para corroborar que efectivamente se haya erradicado la mosca del mediterráneo, activa en altas temperaturas.
La ocurrencia de inviernos más cálidos en los últimos años, por el cambio climático, fueron complejizando el combate y control, por lo que los expertos implementan un plan de sanidad todo el año, entre lo que se incluye con la esterilización de la mosca para evitar su descendencia.
El objetivo es que la zona del Valle de Uco que era libre de la plaza recupere su estatus en los próximos meses y no aparezcan nuevos eventos de esta naturaleza.
Milei cortó los fondos para el control de la polilla de la vid
Durante el primer año de gestión del presidente Javier Milei eliminó los fondos nacionales que iban destinados al manejo de otra plaga en Mendoza, que es la polilla de la vid. El retiro de Nación obligó a que la provincia ponga los fondos y destinó $2.500 millones para el programa de lucha.
La drástica decisión se sumó a la motosierra de programas del Instituto de Tecnología Agropecuaria, (INTA), entre otros con incidencia en la provincia para el fortalecimiento de la producción.