El empresario y directivo de la casa de altos estudios valoró la historia de amistad del gigante asiático. "Desde los debates por Malvinas hasta cubrir la sangría por la falta de divisas en dólares, el último crédito o el swap, China siempre estuvo del lado de Argentina. Es un socio de primera calidad, por su vocación mundial de comercio e interacción cultural".
A la hora de valorar el presente de la relación bilateral, varios atributos resaltan, para Manzano, la lógica de hablar chino como puente por transitar para fortalecerla. Detrás, un camino de casi 40 años a lo largo del cual, recordó, conoció todo lo relativo a China tanto como ministro del gobierno nacional en los '90 y luego como diputado.
"Desde 1985 tuve el privilegio y la responsabilidad de restablecer la relación del gobierno de entonces con el Partido Comunista Chino. Intervine en negociaciones por los swaps, y hasta en el inicio del gobierno de Macri ante el temor de lo que podía hacer con la relación bilateral, así como al comienzo de la gestión del presidente Milei", reseñó.
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Manzano junto al ex embajador argentino en China, Diego Guelar.
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China, protagonista del siglo XXI
Basándose en esa experiencia, Manzano, analista habitual de las oportunidades de Argentina en el mundo, no dudó a la hora de definir la fisonomía socioeconómica y cultural de China.
A su criterio, "a lo largo de estos años China ha sido una sola: una China que si compra, paga. Si puede, financia. Nunca nadie me ha planteado algo raro, de contenido secreto o una agenda oculta de expansión geográfica; eso pasará en las películas. Como dijo (el presidente) Milei, no piden nada a cambio".
De idiosincrasias distintas se trata. Grandes diferencias culturales separan a Argentina de China. Y más allá de las diferencias de tamaño, "los dos podemos aprender, pero el más chico puede obtener muchos beneficios".
La apuesta a ese país confirma, para el directivo, la política ratificada por el eslogan de la Universidad de Congreso: "Un puente al mundo", antes atravesado para establecer relaciones académicas con Estados Unidos y la Unión Europea.
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Un instituto bilingüe con aval oficial
En ese contexto, aflora la importancia de manejar el idioma chino. Ni más ni menos que el germen del Instituto Confucio, que también difunde la riqueza cultural de ese país y arranca en Mendoza con una meta modesta: lograr que al menos 50 estudiantes por año terminen dominando esa lengua.
"Pero además, que estudiar no cueste casi nada. Y poder becar a quien no pueda pagarlo, para darle un instrumento. Si logramos que a lo largo de la próxima década un par de miles de mendocinos pueda manejarse con el mundo que habla inglés y mandarín, habremos hecho una contribución" (José Luis Manzano).
Detrás de ese fin, desde la Universidad de Congreso rescatan el acierto del convenio firmado con la Universidad de Nanjing, que con más de 160.000 estudiantes tiene una escala mundial.
Para hacerlo posible, la casa de altos estudios logró el apoyo del Gobierno mendocino.
De hecho, el ministro de Educación, Tadeo García Zalazar, confirmó que con ese fin la Provincia financiará la capacitación de docentes que quieran sumarse como estudiantes de chino del Instituto.
Según confirmó el ministro García Zalazar, "vamos a destinar fondos para capacitar a docentes en el aprendizaje del chino mandarín. Está claro que no sólo es importante para el intercambio cultural entre ambos países, sino también para la apertura comercial".
