Estrategia

Ante la caída del consumo las bodegas apuestan a vender más vinos espumantes con "burbujas innovadoras"

Arrancó la temporada de mayor consumo de vinos con burbujas. Las bodegas se aferran a la innovación para sostener sus ventas ante un contexto adverso

El calor anticipa la temporada alta de productores de vinos espumantes, que preparan todo el año su arsenal para ventas que se incrementan a medida que se acercan las fiestas. Octubre y noviembre son meses de lanzamientos, detrás de los cuales está la estrategia de las bodegas para posicionarse en el mercado de la mano de la innovación.

Desde elaborar un espumante a base del emblemático Malbec hasta otro que puede beberse con hielo, todo vale a la hora de innovar y conquistar paladares con productos distintos de una de las bebidas más populares.

Más allá de lo disruptivo de algunas apuestas y de que el 28 de octubre se celebró el Día Mundial del Espumante, con un consumo alicaído no hay mucho que festejar. Es que en un año se perdieron más de 300 mil litros.

Los últimos datos del INV confirman que en septiembre las bodegas despacharon 3,7 millones de litros en total, 8,3% menos que en 2023. En 2024 el consumo cayó 33,8% (16,5 millones de litros contra casi 25 millones del año pasado).

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La familia de vinos espumantes de Cruzat, que sumó al Malbec para captar más adeptos entre los turistas sobre todo

La familia de vinos espumantes de Cruzat, que sumó al Malbec para captar más adeptos entre los turistas sobre todo

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Malbec de base y etiquetas personalizadas

De que es el varietal insignia de Argentina no quedan dudas. Y si algo le faltaba al Malbec era ser base de un vino espumante, en reemplazo de los habituales Chardonnay y PInot Noir.

"Los turistas nos decían 'son de Mendoza, el Malbec es de acá ¿porqué no hacen un espumante también?'. Así fue como decidimos innovar con uva de una parcela muy chica de nuestro single vineyard en Valle de Uco ", cuenta Florencia Cortez, enóloga de bodega Cruzat respecto al nuevo producto ($27.000 su precio sugerido al público).

La bodega ubicada en Agrelo es casi la única que elabora íntegramente por el llamado "método tradicional" o Champenoise. La manera que hace siglos descubrieron los monjes benedictinos para hacer un vino con burbujas: ni más ni menos que en la propia botella, un estilo que también replica en el más selecto Millesime ($65.000).

Para los responsables de Cruzat el repunte de las exportaciones, de la mano del turismo, ayudó a compensar la situación del mercado interno.

La tercerización ya se convirtió en otro canal de ventas para la bodega. Una creación del equipo de MKT que contempla dos opciones.

"Elaboramos el espumante para que el cliente le coloque su etiqueta una vez terminado. Además, pueden traer el vino base, nosotros aportamos el licor de tiraje y algunas bodegas hasta nos piden que hagamos el etiquetado también", explicó la enóloga.

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Un espumante con hielo

A pocos kilómetros del lugar funciona desde hace más de 60 años Chandon, un verdadero símbolo del negocio de lo que alguna vez llamamos champagne, hoy espumante. Históricamente asociada al life-style en los últimos años busca enfocarse en productos disruptivos, sin abandonar sus exponentes clásicos.

En el primer grupo incorporó al Aperitif, un espumante dulzón, estilo Bitter, con toque de cáscaras de naranja que fue un suceso en el último lustro.

Y acaba de relanzar el Délice, primer vino con burbujas capaz de tomarse con hielo, en su versión rosado dulce. Ya llegó a vinerías, supermercados y bares ($11.800 la botella de 750 cc).

Si bien el tradicional Chandon extra brut es nº 1 en ventas y fue elegido en 2023 "mejor espumante argentino", la jefa de enología de la firma, Ana Paula Bartolucci, ratificó que "el segundo más vendido es el Delice, que en los últimos seis años creció casi 300%".

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Un ejemplo de innovación: el primer espumante que se puede beber con hielo

Un ejemplo de innovación: el primer espumante que se puede beber con hielo

A criterio de Bartolucci "es una señal clara de adónde apuntar para conquistar consumidores y los momentos de consumo en el mundo de las burbujas. Hicimos esa lectura del mercado actual y fuimos por ahí".

La experiencia de Chandon, en definitiva, tiene su origen en la innovación. Y la profesional lo pone en valor.

"Es desempolvar los hábitos a la hora de beber espumantes, aflojarse la corbata y decir 'la nueva propuesta es con hielo, y no necesitás la copita de champagne, relajate'. Si te olvidaste de ponerlo en la heladera, todo bien", señaló.

Espumantes para todos

Desde hace tiempo, Robino, otra bodega que es referencia en este segmento del mercado, se dedica a ahondar en la investigación para lograr más y mejores productos.

"Hasta septiembre estábamos al 70% de capacidad y ya llegamos al 100. Hay mucho foco en la investigación de lo que es la segunda fermentación, con más cuidado en manejo de levaduras y conservación de los vinos base para mejorar la calidad de espumantes con menos intervención", explicó Gonzalo Funes, responsable de la elaboración.

A su criterio, Robino quiere potenciar su línea entry level y se prepara para relanzar un producto para reforzar su presencia en el segmento premium. De su ícono la bodega elabora una partida exclusiva de 10.000 litros anuales.

Pero en tren de mayor competitividad y de "democratizar" las burbujas, la bodega que desde hace tiempo es parte del grupo Quilmes maneja una amplia gama de precios.

La base es su línea Robino ($5.000 en góndola), seguida por Dante, una línea con algo de crianza en botella ($7.000 aproximadamente). En el otro extremo está su top, o línea ícono, que fermenta por método Champenoise (en botella) con uvas Chardonnay y Pinot Noir de la cotizada zona de Gualtallary y ronda los $40.000.

Luego de un año difícil, desde la firma estiman empardar las ventas del 2023, aunque Funes es más optimista al proyectar "un repunte de hasta el 7% interanual, porque volvimos a crecer en exportaciones".

El panorama, sin embargo, es mucho más promisorio para 2025.

Menos stockeo, más ventas puntuales

Para Lorena Mulet, una referente del sector "las ventas repuntaron en el segundo semestre, aunque la modalidad de compra de los clientes cambió". A tal punto, que en Cruzat reconocen que el 80/20 que representaban mercado interno y externo pasó a un 70/30 gracias a haber sumado más clientes en el extranjero.

En general, los elaboradores de espumantes coinciden en que el consumo se había "desestacionalizado". Es decir, que luego de mucho tiempo se habían nivelado los picos de venta habituales de las fiestas para lograr un nivel estable a lo largo del año, algo que en una macroeconomía difícil como la del 2024 tiene sus matices.

"Si bien no dejamos de vender en todo el año, esta es la época fuerte. Por suerte, hemos repuntado mucho también gracias a la venta a terceros, pero ya no hay acumulación de stocks en puntos de venta", aseguró Mulet.

¿Cómo se explica esa situación? Con una mirada financiera del negocio, relacionada a una mayor estabilidad de los precios.

Según la ejecutiva "nuestros clientes hacen compras puntuales, ya no acumulan mercadería. Con una inflación más razonable ya no les conviene stockearse y mantener casi inmovilizado un capital en vino".

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