Nuevo panorama

Alimentos importados: cómo repercuten los cambios en el vino y el aceite de oliva

Especialistas del mundo del vino y el aceite de oliva analizaron el impacto de la nueva normativa que desregula la importación y exportación de alimentos

La desregulación de la exportación e importación de alimentos es mirada con tranquilidad desde dos de las industrias alimenticias más importantes que tiene Mendoza: la del vino y la del aceite de oliva.

La llegada del decreto N° 35/25, que introduce cambios en el Código Alimentario Argentino y que es vista con preocupación desde algunas economías regionales del país, no alteró al mundo vitivinícola por dos razones en particular.

Por un lado, porque siempre hubo importación de vino fraccionado y espumantes y aunque se eliminaron restricciones como el sistema SIRAS (Sistema de Importación de la República Argentina) o las burocráticas del actual decreto, se mantuvieron vigentes las barreras arancelarias del Mercosur.

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Según el análisis de la COVIAR, la desregulación de importación de alimentos no impactará en los precios de vinos y espumantes.

Según el análisis de la COVIAR, la desregulación de importación de alimentos no impactará en los precios de vinos y espumantes.

Y por otro lado, porque, respecto por ejemplo de la importación de vino a granel, se trata de una industria que cuenta con normativas propias, reguladas por el Instituto Nacional de la Vivienda (INV).

El análisis bodeguero de la desregulación de importaciones

Desde la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) dijeron a Diario UNO que la nueva medida publicada por Nación en el Boletín Oficial respecto de la importación y exportación de alimentos no afecta de manera directa a la vitivinicultura.

La misma refleja, en cuanto a las importaciones, que productos provenientes de países como Australia, Canadá, Confederación Suiza, Unión Europea, Estados Unidos de América, Nueva Zelanda, Estado de Israel, Japón, Reino Unido e Irlanda del Norte serán automáticamente incorporados al Código Alimentario Argentino, por lo que se eliminan las obligaciones de registrar y autorizar muestras, productos, establecimientos, depósitos, utensilios y envases.

“Cualquier bodega puede importar vino de donde sea siguiendo las normas que establece el INV, pero los aranceles del Mercosur (20% más 3% extra) no han cambiado por lo que no es económicamente rentable traer vino de España o Francia, por ejemplo, pagando aranceles cuando se puede producir en Argentina”, señalaron.

Cuando esa producción no es suficiente -o los precios no convencen al bodeguero-, quien busque importar litros de vino a granel deberá pedir autorización a la Nación, como hizo el Grupo Peñaflor en 2024. En ese caso, la importación se hizo de Chile, país con el que hay arancel cero.

¿Pero podríamos ver más vinos españoles ricos y a buen precio en las góndolas de los supermercados? Ver más sí, a buen precio, difícil. Al menos eso es lo que creen desde la COVIAR. Según explicaron, “por la vigencia del Mercosur, la importación de productos fraccionados paga un arancel alto; por tanto, son vinos muy caros, para un mercado muy acotado”.

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Así, más allá de que con la nueva normativa se faciliten los trámites burocráticos para la importación, el precio en estos casos podría no variar demasiado.

Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, coincidió con el análisis de la COVIAR en cuanto a la falta de relación directa de las nuevas desregulaciones de importación con el mundo vitivinícola, “dado que se trata de una industria que tiene sus propias normativas”.

Pero sí advirtió un aspecto positivo y clave en la normativa: “Puede favorecer el tema de la importación de insumos para la industria del vino. Pueden aparecer proveedores o productos extranjeros”. Y además, el trámite para importar ese tipo de productos será más ágil, punto en el que hace años hacen hincapié los bodegueros mendocinos.

Olivícolas, expectantes: ¿se viene un boom de aceite de oliva español a Mendoza?

España, mayor productor y exportador de aceite de oliva del mundo, es uno de los países de la lista que favorece la nueva desregulación de importación de alimentos; de ahí que Diario UNO consultó por las repercusiones a dos especialistas de la industria olivícola mendocina.

Carlos Sáez, gerente general de Olivícola Laur, tomó la normativa con calma. “Si bien falta conocer más detalles respecto de la aplicación de la medida, en principio no afectaría demasiado el mercado del aceite de oliva en Mendoza particularmente porque los aranceles del Mercosur siguen vigentes”.

“Por otra parte, el aceite de oliva es un commodity por lo que su precio es fijado internacionalmente”, señaló Sáez, descreyendo que fuera a verse un marcado cambio en cuando al valor de los productos en góndola.

La profesora Stella Vannucci, productora y empresaria olivícola, entiende en tanto que “la llegada del aceite de oliva español es inminente” pero confía también que el “secreto de Mendoza” está en la calidad del producto.

“La llegada del aceite de oliva español es inminente”

“Si bien el aceite de oliva es un commodity –y los aranceles siguen vigentes-, España es el mayor productor del mundo y maneja precios más bajos por lo que sería necesario que se tomaran varias medidas para proteger a la industria local, sin perjudicar al consumidor”, analiza Vannucci.

En ese sentido, informó que el precio del litro está en 7.67 euros aproximadamente y que se espera que baje valor de la tonelada porque España tuvo una gran cosecha la última temporada. Entonces, si bien hasta ahora no vemos importación de aceites españoles, “creo que es seguro que la habrá; así que tendremos que reinventarnos, pero en cuanto a la calidad de los aceites de oliva virgen extra, no tendremos problemas”.

Más allá de las medidas y de su impacto o no en la industria alimenticia mendocina, la productora y empresaria hizo hincapié durante la charla con Diario UNO en las otras decisiones que podrían ayudar al mercado. “Sería importante que el Estado facilite la compra de tecnología de avanzada; que haya acceso a la implementación de prácticas más eficientes”, dijo.

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La desregulación de la importación de alimentos y su impacto en el aceite de oliva mendocino.

La desregulación de la importación de alimentos y su impacto en el aceite de oliva mendocino.

En definitiva, para Vannucci, una medida como esta –la desregulación-, ayudará a la industria olivícola a saber dónde está parada y, si hay un problema, "definir si es por la eficiencia de la producción local o por desventajas estructurales".

Lo que sí tendrá que tener muy en cuenta el gobierno nacional es verificar si los productos importados ingresan bajo prácticas de dumping, ventas a precios por debajo del costo o subsidiados por el país de origen.

Porque en la industria local, los impuestos a productores son a veces muy altos y eso eleva los costos de producción, "perjudicándonos al momento de competir en precios”.

Otra de las acciones que considera importante es la presencia de más campañas para fomentar el consumo de aceites de olivas locales, haciendo hincapié en los beneficios saludables que tiene el aceite de oliva virgen extra. “Hay que dejar de considerarlo como un consumo de élite, y masificarlo”, propuso.

“Se evaluará el impacto de las desregulaciones en el camino para ir realizando los ajustes necesarios. Pero en Mendoza, el secreto creo que estará en que a la calidad la tenemos. Ahora, hay que producir en cantidad y así bajar los precios, favoreciendo al consumidor pero también a la industria”, concluyó la empresaria olivícola.