tradiciones culturales

Sonido de las estepas

Las melodías cautivadoras del morin khuur dan voz a ricas tradiciones culturales de la etnia mongola

En las vastas estepas ventosas de la región autónoma de Mongolia Interior al norte de China, donde las tradiciones nómadas se entrelazan con el pulso de la naturaleza, existe una conexión profunda entre la gente y su música. Esta conexión se materializa en las melodías evocadoras del morin khuur, un instrumento tradicional de dos cuerdas de la etnia mongola, a menudo denominado el violín con cabeza de caballo.

El morin khuur ocupa una posición venerada como instrumento clave en la música mongola. Sus bellos tonos se utilizan con frecuencia para acompañar el khoomei, o canto difónico, un estilo vocal caracterizado por los armónicos, que realza más la profundidad y resonancia emocional de la música mongola.

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El maestro artesano Ulji (derecha) transmite a su hijo Tulguur el oficio tradicional familiar de fabricar morin khuur. DING GENHOU / PARA CHINA DAILY

El maestro artesano Ulji (derecha) transmite a su hijo Tulguur el oficio tradicional familiar de fabricar morin khuur. DING GENHOU / PARA CHINA DAILY

Más allá de su destreza musical, el morin khuur también se utiliza en contextos ceremoniales, como bodas, festivales y rituales espirituales, donde conecta a los participantes con su patrimonio cultural y sus antepasados.

Según un artículo publicado en el sitio web oficial de la Academia de Arte de Mongolia Interior y el Centro de Protección del Patrimonio Cultural Intangible de Mongolia Interior, la historia del morin khuur puede remontarse a las dinastías Tang (618-907) y Song (960-1279), volviéndose popular entre la gente común en la época de Gengis Kan (1162-1227).

A medida que el mundo evoluciona y la modernidad avanza por sobre las tradiciones ancestrales, el morin khuur sigue siendo un recordatorio firme del espíritu perdurable y del rico tapiz cultural de los nómadas locales. Sus melodías resuenan a lo largo del tiempo, llevando consigo las historias, sueños y aspiraciones de un pueblo profundamente conectado con su tierra, sus caballos y entre sí.

El atractivo duradero del instrumento puede atribuirse a los esfuerzos de artesanos dedicados. Ulji, un fabricante del morin khuur de 65 años en la bandera de Ar Horqin, Chifeng en Mongolia Interior, está ayudando a preservar su rico patrimonio a través de su dedicación al oficio.

Propietario de un taller del morin khuur en la región, Ulji comentó que el sonido cautivador del instrumento, que resuena con la vastedad del paisaje de Mongolia Interior, es fundamental para su encanto. Se toca con un arco; produce melodías evocadoras que capturan el espíritu nómada y refleja la belleza natural de la zona.

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La cabeza de caballo es tanto un elemento decorativo del instrumento como un ícono cultural. DING GENHOU / PARA CHINA DAILY

La cabeza de caballo es tanto un elemento decorativo del instrumento como un ícono cultural. DING GENHOU / PARA CHINA DAILY

Se sintió atraído por el instrumento desde niño gracias a su padre y su abuelo, que eran fabricantes del morin khuur.

En 1978, comenzó a aprender cómo se hacen los morin khuur y no ha dejado de usar sus herramientas en las más de cuatro décadas desde entonces. En 1985, fabricó su primer morin khuur, y su pasión por la cultura étnica avivó la llama de su impulso creativo.

En 2008, la música del morin khuur fue inscrita en la lista del patrimonio inmaterial a nivel nacional. En 2011, la tecnología de producción de instrumentos de cuerda de la etnia mongola, incluido el morin khuur, se añadió a la misma lista.

Fabricar una unidad de este instrumento lleva entre dos y tres años aproximadamente. El proceso comienza con la selección rigurosa de los materiales. Por lo general, el cuerpo del morin khuur se talla de una única pieza de madera añeja, elegida por su resonancia y durabilidad. Ulji señaló que es necesario secar bien la madera al sol durante 5 a 10 años. Si no se seca correctamente, existe riesgo de que se encoja o deforme, lo que afectará el sonido del instrumento.

Luego, las manos experimentadas de un artesano dan forma a la madera meticulosamente para lograr el tamaño y la curvatura deseados.

El hecho de tallar una cabeza de caballo en el mástil del instrumento le impregna el espíritu del majestuoso animal, que simboliza el ritmo de la vida. Creada con precisión y atención al detalle, la cabeza del caballo sirve tanto como elemento decorativo como testimonio de un profundo vínculo entre el pueblo mongol y sus caballos.

Una vez que se haya terminado con el cuerpo y la cabeza de caballo, se le colocan las cuerdas. Tradicionalmente estaban hechas de crin de caballo; en la actualidad, de hilo de nylon.

Finalmente, el morin khuur se afina cuidadosamente y se ajusta cada cuerda para obtener el sonido perfecto, un proceso delicado que requiere paciencia y destreza.

La dedicación del artesano ha tenido un gran impacto en sus hijos.

“Crecí viendo a mi padre hacer morin khuur en su taller. Sus manos tienen callos y están arrugadas”, afirmó Tulguur, 40, hijo menor de Ulji. “Me enseñó a fabricar el morin khuur y también aprendí a tocarlo. Es una tradición familiar que me corre en la sangre”.

“Ha perdurado como un símbolo de identidad cultural y orgullo, incluso de cara al cambio social. Aunque la tecnología ahora hace que el proceso de fabricación sea mucho más fácil, mi padre insiste que lo haga a mano. Siempre me dice que solamente la mano puede sentir el instrumento y hacer que suene de la manera que queremos”, explicó Tulguur.

Su hermano, Naren Mandal, de 42 años, también trabaja en el taller y se encarga de la parte administrativa.