Reliquias

Las cuevas digitales dan vida a la historia

El pasado y el presente se fusionan en una presentación fascinante y educativa de legados antiguos

Durante más de un siglo, la Cueva de la Biblioteca, o la cueva 17 de las Grutas de Mogao en Dunhuang, provincia de Gansu, en el noroeste de China, ha sido famosa por su extraordinaria colección de reliquias y una historia que ha tenido sus idas y vueltas.

Para muchos curiosos que quieren saber más sobre su pasado legendario, el desierto de Gobi y el arduo viaje para llegar hasta allí los han disuadido de ir y ver por sí mismos la grandeza de las pinturas al fresco de Dunhuang, mientras que los requisitos de conservación han impuesto límites al número de visitantes.

Así, la Cueva de la Biblioteca Digital, lanzada por la Academia de Dunhuang junto con la empresa de tecnología Tencent el 18 de abril, se une a una serie de medidas que brindan al público la oportunidad de dar un paseo virtual por la antigua maravilla.

Con soluciones tecnológicas y narrativas que generalmente se ven en los juegos digitales, brinda una experiencia inmersiva e interactiva no solo con una representación de las grutas físicas, sino también con escenas históricas recreadas.

Su Bomin, director de la academia, sostuvo: “El proyecto ha permitido que las reliquias cobren vida con nuevos medios de expresión. Hace que el valor de estas reliquias sea más accesible para la audiencia, especialmente para la generación más joven”.

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En la versión digital se puede encontrar la representación de la Cueva de la Biblioteca, con una estatua de su supuesto dueño, el monje Hongbian, a mediados del siglo IX. PARA USO DE CHINA DAILY

En la versión digital se puede encontrar la representación de la Cueva de la Biblioteca, con una estatua de su supuesto dueño, el monje Hongbian, a mediados del siglo IX. PARA USO DE CHINA DAILY

La famosa Cueva de la Biblioteca fue descubierta en 1900, y hasta ahora se han desenterrado más de 60.000 reliquias culturales que se remontan a entre los siglos IV y XI. Se trata de uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo XX.

Hoy en día, en la cueva 17, una estatua pintada de Hongbian, jefe de los monjes y figura políticamente influyente cuando se construyó la cueva a mediados del siglo IX, que se conoce además como el dueño de la gruta, se encuentra sentado en un lecho de tierra, meditando. En el mural detrás de él aparecen dos árboles Bodhi con una bolsa de tela y un frasco de agua que cuelgan de sus ramas. También se muestra una monja budista con un abanico de seda en la mano y una discípula vestida con ropa de hombre, sosteniendo un cetro y una toalla. En la pared occidental de la cueva se incrusta una estela inscrita con historias de la vida de Hongbian.

La estatua, que se cree que es una representación real de Hongbian, se encontró originalmente en la cueva 362, ubicada aproximadamente a tres pisos por encima de la cueva 17.

En la década de 1960, Chang Shuhong (1904-1994), el primer director de la Academia de Dunhuang, sugirió trasladar la estatua a la Cueva 17, que resultó encajar perfectamente en el “nuevo” entorno. Esto indica que la estatua probablemente estaba allí originalmente, pero se trasladó a la cueva superior para dejar espacio para los manuscritos en algún momento posterior.

En el recorrido digital, se puede apreciar una vista de la cueva 17 llena de tesoros antiguos, tal como se veía cuando fue desenterrada inicialmente, y también cómo luce en la actualidad.

Al igual que en un juego, la audiencia asume el rol de explorador que viaja en el tiempo, participando y siendo testigo del paso del milenio, desde que se construyó, selló y redescubrió la cueva, hasta el momento en que se perdieron o dispersaron las reliquias, y volvieron a reunirse virtualmente.

Según las dos organizaciones, en un futuro cercano, la Cueva de la Biblioteca Digital estará disponible en varios idiomas, incluidos inglés, japonés y coreano, ya que este año marca el décimo aniversario de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y Dunhuang, ubicado en el Corredor de Hexi, la arteria principal de la antigua Ruta de la Seda, sirvió históricamente como una encrucijada vital para los intercambios comerciales, religiosos y culturales.

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